¡Va por la vaquita marina!

Escrita el: 2023-06-14 12:39:37

No todo está perdido en los esfuerzos por la conservación de la vaquita marina, que se encuentra en peligro de extinción. Entre el 10 y 27 de mayo pasado un grupo internacional de científicos, a bordo del buque Seahorse de Sea Shepherd, monitoreó al menos 13 vaquitas marinas en el Golfo de California, dentro de la llamada Zona de Tolerancia Cero. La cifra es superior a la detectada en 2021, cuando el avistamiento fue de 10 ejemplares.

Si bien es un éxito en los esfuerzos por mantener el equilibrio de los ecosistemas marinos, aún se requiere del reforzamiento de programas de vigilancia, protección y monitoreo sistemático del cetáceo endémico mexicano.

En la NOM-059-SEMARNAT-2010 la vaquita marina se encuentra clasificada como una especie en peligro de extinción, y en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) se le cataloga como un especie críticamente amenazada.

Su hábitat es limitado, abarca aproximadamente 4 mil kilómetros cuadrados, y su tasa de reproducción está catalogada como baja, ya que una hembra llega a tener durante su vida de 2 a 7 crías, según datos de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

El recorrido de valoración que realizaron los científicos abarcó 17 días y emplearon técnicas de identificación visual y de monitereo acústico para la contabilidad de la vaquita marina. Y otro dato a destacar --de acuerdo con los investigadores--, es que no se encontraron con redes de enmalle, las cuales están prohibidas. Buen signo del patrullaje de la Marina.

Un hit de las autoridades ambientales fue el 24 de septiembre de 2020, cuando quedó prohibido el uso, fabricación, posesión y transportación de redes de enmalle y agalleras en el hábitat de la vaquita marina (Phocoena sinus) en el Norte del Golfo de California. Este fue el detonante para endurecer las tareas del rescate de la vaquita marina y otras especies.

Este mandato oficial obligó también a reforzar los patrullajes de la Marina las 24 horas del día, auxiliándose con radares de superficie, con helicópteros, uso de satélites y drones, pues las mafias de pescadores se mantienen al acecho. Y otro esfuerzo loable es el que realiza el equipo de investigadores y conservacionistas a bordo del Sea Shepherd Conservation Society, el cual ayuda en la vigilancia de las aguas del Norte del Golfo de California junto con la Armada de México.

También a estos esfuerzos del rescate de dicha especie se suma el Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita (CIRVA), el cual realiza monitoreos sistamáticos en la región y estima que la población de este cetáceo puede llegar hasta 19 ejemplares.

Gerardo Ceballos, investigador del Instituto de Ecología de la UNAM, explicó a esta columna que en la Zona de Tolerancia Cero se instaló una estructura enrejada con 200 bloques de hormigón con ganchos, los cuales atrapan las redes de enmalle y agalleras que utilizan los pescadores furtivos; el resultado hasta ahora es de una disminución de casi el 90% de pesca ilegal.

Vale destacar que la Marina ha recuperado redes de enmalle ilegales, que los pescadores abandonan o pierden en la zona de prohibición.


EL CASO DE LA TOTOABA

Todas las acciones que hoy buscan proteger a la vaquita marina, es debido a pesca ilegal de la totoaba endémica (Totoaba macdonaldi, también en peligro de extinción), pues al capturar este pez también quedan atrapados en la redes delfines, tortugas marinas y vaquitas marinas, ejemplares que mueren al no poder salir a la superficie para respirar. La totoaba tiene una alta demanda en el mercado asiático, principalmente chino, pues a la vejiga de este pez se le atribuyen propiedades afrodisíacas (considerada como un potenciador sexual y por eso también se le conoce como la 'cocaína acuática') y en el mercado negro un kilo de este órgano alcanza un precio superior a los 10,000 dólares.


En los últimos años se ha venido documentando que la pesca con redes agalleras (que contiene plomo en la parte interior del trasmallo) atenta también contra otras especies en peligro de extinción como son las tortugas golfinas, como ha ocurrido en las costas del estado de Oaxaca.

Si bien la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) asegura que la vigilancia de la vaquita marina se ha intensificado en el Alto Golfo de California y en el Golfo de Santa Clara, en Sonora, así como el monitoreo satelital, para los científicos que realizan trabajos de investigación en el hábitat de esta especie señalan que hace falta un control más estricto en los patrullajes y en la pesca, pues persiste la captura de la totoaba.

Lo que debe considerarse con urgencia a escala internacional, es un acuerdo o convenio entre los gobiernos de México y de China para prohibir el comercio de la totoaba, debido a que el tráfico de esta especie continúa a manos de bandas delincuenciales. Ojalá este tema sea de prioridad para la administración mexicana y la impulse en la agenda diplomática.

Mientras, vale reconocer los esfuerzos que han realizado grupos de científicos (desde 2017) por reproducir en cautiverio a la vaquita marina, pues en el Frozen Zoo de San Diego se tienen muestras congeladas de ADN de las hembras, las cuales buscan clonar con las del macho y el objetivo es lograr una cría por año. De lograrse este programa, permitiría una importante recuperación de la población de esta especie endémica mexicana.


DEMANDA EN ESTADOS UNIDOS

Ante estos hechos, el 14 de diciembre de 2022, el Centro para la Diversidad Biológica (CBD, por sus siglas en inglés, el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales (NRDC) y el Instituto de Bienestar Animal (AWI), presentaron una demanda ante la Corte de Comercio Internacional de Estados Unidos con el fin de que el Departamento del Interior aplique sanciones contra México por permitir la pesca y el comercio ilegal de la totoaba, mismo que eleva el peligro para la vaquita marina.

En este marco, México sigue enfrentando la presión internacional que exige la prohibición de la pesca en el hábitat de la vaquita marina. El gobierno mexicano enfrenta sanciones potenciales según los marcos legales estadounidenses, que consisten en un tratado internacional sobre la vida silvestre y el T-MEC, entre México, Estados Unidos y Canadá.

Los ambientalistas pretenden con esta demanda que el gobierno de Joe Biden impida la importación de productos de vida silvestre de México, en el que se encuentran incluidos los pescados y mariscos; se trata de una presión económica para que el gobierno de López Obrador frene completamente la pesca furtiva y aplique medidas efectivas de conservación para la vaquita marina y la totoaba.

Vale precisar que en este marco de la sanción económica, el mercado de exportaciones de México a Estados Unidos es superior a los 600 millones de dólares, de acuerdo al 2022.

LA RESISTENCIA

Grupos de pescadores de San Felipe, Baja California, y del Golfo de Santa Clara, Sonora, después de las restricciones publicadas en el Diario Oficial de la Federación (DOF) en septiembre de 2020, inmediatamente impugnaron las medidas, ya que argumentan que no hubo negociación y tampoco las autoridades les brindaron opciones para la subsistencia de las comunidades pesqueras del Alto Golfo de California y hasta la fecha esta resistencia continúa.

Los pescadores rebeldes y las mafias detrás de la totoaba intentan doblar todos los esfuerzos de conservación.

Esperemos que la noticia esperanzadora del avistamiento de 10 ejemplares de la vaquita marina no sólo sea un chispazo en el contexto ambiental. Lo deseable es que México responda las demandas y presiones internacionales con estricto apego a los marcos legales y diplomáticos, pero también que demuestre que en las agua mexicanas impera la ley, el orden y la conservación.



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Reenviado por Redacción / #MásClaro

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